martes, 28 de febrero de 2017

No es amor

Puede ser que los días se te tiren encima como si de mantos negros se tratasen, agobiándote, haciendo que te sientas indefensa, sola. Puede ser que añores un recuerdo disfrazado de persona, que añores una mirada con el único motivo del terror que sientes pensando que quizá nadie vuelva a contemplarte de esa forma. Que nadie vuelva a hacerte sentir poesía, como si irradiaras luz en cada verso. Como si pudieras volar. Puede ser que en esos días te pierdas entre la multitud sombría con ninguna esperanza de que en ella haya ni un sólo ángel.
Quizá en ocasiones llores mirando por la ventana sin saber por qué. Quizá temas volver a sentirte como antes por miedo a que te hagan daño, pero a la vez lo necesites. Necesitas respirar con todas tus ganas, sonreir cuando suene esa canción, poder contemplar el sol de cara sin que te haga daño a los ojos. No tenerle miedo al tiempo ni a la soledad. Quizá ello sea todo cuanto necesites, pero no, pequeña, no es amor; es la vida.

domingo, 12 de febrero de 2017

Arte

Quizá sólo entienda lo que es la magia el día que tomes mi mano ante El Beso de Klimt, cuando me pierda en la Noche Estrellada o empatice con la sonrisa de la Gioconda
Quiero que pasemos las horas contemplando el arte de Frida deseando con todas nuestras fuerzas llegar a ser algún día la mitad de fuertes que ella. Llévame al Louvre, paseemos entre las firmes pinceladas, bésame entre los cuadros. Abrázame por la espalda en lo más alto de la Torre Eiffel. Vivamos en un continuo periodo rosa, sé la Madeleine de mi Picasso.

Y es que tú iluminas hasta los lienzos más oscuros de la más sombría habitación. Eres la luz de mis sombras, mi musa, mi venus. Mi revolución, la libertad guiando al pueblo.
Ya sabes, mi obra de arte favorita.

martes, 24 de enero de 2017

Rosas


Es agotador aguantar una mirada con la esperanza de que disminuya la frustración. Contemplar esos ojos otoñales forzando los latidos de tú corazón preguntándote ¿para qué?
Y sigo aquí, a sabiendas de que el calendario no es eterno,  pasando los días en laberintos interminables en busca de una caricia entre polémicas sentimentales, dudas, angustia y daltonismo amoroso.
Y sí, quizá sea fácil enamorarse de mis primaveras, pero lo que valoro es que abraces mis inviernos, los acaricies y te acomodes entre la escarcha. Que bailes al son de mis torbellinos, de mi caos. Que cantes al son de mis lamentos. Que recojas mis lágrimas y las guardes con cariño, pensando que algún día serán de alegría. Que te enamores de mis rizos, rebeldes, sin intentar peinarlos . Quiero que seas mi canción favorita, versos de buenas noches. Que me mires a los ojos hasta leer mis metáforas más ocultas.
Y sé que es difícil alcanzar una estrella fugaz, pero no es imposible.
Ya sabes, supongo que entre tantas rosas, alguna será azul.

martes, 14 de junio de 2016

Indecisiones.

Siempre dije que no huiría despavorida cuando rozara el cielo, que no cerraría el libro por temor a que el final me incomodara. Y ahora que me hallo en la fina línea entre punto y coma, completaría cientos de cuadernos escribiendo sobre cuán duro es el miedo al rechazo; casi menor al miedo a la fuga.
Soy hipocresía anímica, desorden sentimental. Quiero y no puedo. Puedo y no quiero.
Ojalá poder prometer universos, ojalá no esquivar a la luz por haber vivido en la penumbra, ojalá cesara terror al vértigo que me produce tu mirada. Ojalá no enamorarme de ese vértigo.
No sé si te quiero a ti o a la revolución que transmites. Tú o las ganas de volar que propagas con algo tan sencillo como tu sonrisa. Tú o mis estúpidas indecisiones que se amarran a mi vida como enredaderas. Tú o mis ganas de verte; que me dan los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches. Mas, sin embargo, no hay lugar para mi presencia en ninguna de esas opciones. Quizá porque soy hipocresía anímica, desorden sentimental.
Quiero y no puedo. Puedo y no quiero.

miércoles, 20 de abril de 2016

Mi estrella fugaz.

Recuerdo que fue un momento. Un momento comparable a cuando ves una estrella fugaz. Un momento de luz, eléctrico. Recuerdo que dolió. Propalaba insuficiencia, mas erradicó mis versos más trabajados. Lo odio por ello porque ahora no soy capaz de soñar algo que no sea el rayo de luz de aquel día, porque no puedo pasar por ese rincón sin pensar qué pudo ser de ti. Estrella, fugitiva, ¿por qué te escondes detrás de una metáfora? Porque pasan las horas, los días, las semanas, los meses y sigo sin revivir aquel momento que tanto añoro a sabiendas del pesar que él conlleva. Y no te conozco, pero irradias ganas de romper las paredes y gritar autenticidad a viva voz (estaré loca de remate). Porque las calles de este pueblo desolado son repugnantes, sucias, apestan a monotonía y cumplidos fáciles, pero tú, sin embargo, juraría que deslumbrabas.
Adrenalina y poesía, y recuerdo que fue sólo un momento.
Pero supongo que es difícil ver las estrellas
con las luces encendidas.

domingo, 17 de abril de 2016

Disculpas.

Pido perdón de antemano a quienes sean víctimas
del huracán que llevo en mis entrañas.
Pido perdón a quienes se hayan perdido en mis enigmas
sin poder regresar,
(valientes.)
Pido perdón a quienes han escuchado mis canciones
y a quienes han contemplado mis dibujos
y que aún así traten de descifrarlos sin que se les escape una lágrima.
Pido perdón a los mártires de mis palabras más duras,
a aquellos con quienes compartí una canción
que ahora sólo irradia amargura.
Perdón
y gracias.
Porque a pesar de mis incendios y mi existencia devastadora,
no estoy sola.

miércoles, 13 de abril de 2016

Masoquismo emocional.


En realidad nunca cesó mi añoranza, en ocasiones se levanta de la cama y hace amago de saludar al sol. 
Esta mañana lo ha logrado victimizando los "te quieros", romantizando las infusiones frías por el tiempo y haciendo con ellas estúpidas metáforas aludiendo a aquello que fuimos, que al fin y al cabo, no fue otra cosa más que cenizas perfumadas. He llegado a pensar que quemé las cartas por pura inercia, a sabiendas de que mis impulsos anhelaban releerlas hasta desfallecer. A veces mi corazón pide masoquismo, pide melancolía, pide lágrimas absurdas y absolutamente innecesarias contemplando la muerte de una flor. Hoy quiero motivos para escribir, quiero tormentas, vendavales, sus manos en mi pelo haciendo que estalle la más fuerte revolución.

Y siento, lo prometo, negarme a fingir que mi corazón palpita inexorabilidad,
porque hoy brilla más que nunca.