miércoles, 1 de abril de 2015

Un final distinto.

Y qué duro se me hizo tratar de encontrar el amor en un lugar en el que todo estaba muerto. Entonces apareciste tú, que comprendías todos mis silencios, todas mis mordidas de labio y mis heridas. Tú. Que soñaste conmigo con que algún día pudiéramos ser arropados por las estrellas. Tú. Que preferías una taza de café a una botella de vodka. Un abrazo a un beso. Un buen libro a una película porno. Y una buena historia de amor a mi. Quizá fue por eso por lo que te fuiste. Porque necesitabas un final distinto. Porque una historia con un buen final carece de realidad. Y tú ansiabas algo más.

Pero una cobarde romántica.

Finjo no recordarte, porque es la mejor opción. Y porque el alcohol sabe mejor que tus labios. Y porque es más romántico ver una película romántica sin nadie a quien abrazar. Porque es mejor abrazar a tus sueños preguntándote quién será la próxima persona que te romperá el corazón.
Yo es que soy más de escribir lo que nunca me atreví a decirte.
Porque soy una cobarde.
Pero una cobarde romántica.