Puede que algo se haya roto.
Puede
que algo se haya roto, como un juguete, como un espejo. Y quizá sea porque así
es como ha sido tratado, hasta tal punto que se lo ha creído. No quiero que lo
arreglen como si con celo se tratase. No voy a ignorar lo que hay debajo de esa
armadura. Porque, al fin y al cabo, ¿qué hay más fuerte, que un corazón
destrozado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario