lunes, 18 de enero de 2016

Alzar el vuelo.

Siempre me han dicho que se aprende a volar sola como hacen las aves al abandonar el nido.
Me han descrito el momento en el que tocas las nubes, te acaricia la brisa y se te ilumina el rostro.
Pero nadie me ha comentado cómo es estar atrapada en un pozo, perderse en un laberinto o cubrirse de polvo.
Nadie me ha aclarado que se puede precisar de una mano amiga para alzar el vuelo hacia el lugar donde el viento canta y los árboles te abrazan.
Y es que quiero perder de vista este lugar oscuro y sombrío
pero, ¿qué puedo hacer
si me cortan las alas o me encadenan a la mugre
y no puedo implorar el prohibido amparo?

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